Tanto si trabajas en casa como si dispones de una mesa donde ocasionalmente te sientas a escribir o a consultar el ordenador, necesitas un espacio cómodo.

Una iluminación correcta es la clave para hacerlo de forma correcta

A menudo no nos damos cuenta de la importancia que tiene la iluminación en estos espacios. De ella depende que no nos sintamos cansados tras una hora de lectura o, lo que es más grave, que nuestros ojos se vean afectados. Un error habitual es colocar solo una lámpara en la mesa de trabajo, cuando lo que se debería hacer es iluminar toda la habitación, pero por niveles. A continuación te contamos cómo hacerlo.

Aprovecha la luz natural. Por placer o por trabajo, en casa pasamos mucho tiempo frente al ordenador o la tableta. Para evitar que se produzca fatiga visual y mental, hay que cerciorarse de que lo estamos haciendo con la luz adecuada.

Ni que decir tiene que la luz natural es la mejor y lo deseable en cualquier estancia, por lo que en la medida de lo posible habrá que aprovecharla. Pero si es para leer (ya sea en papel o en una pantalla), hay que hacerlo bien. La luz natural reduce el esfuerzo visual siempre que no entre directamente a los ojos. Para ello es importante pensar la mejor ubicación de la mesa de trabajo, pero también contar con persianas o estores que nos permitan ajustar el nivel de luz cuando los rayos del sol entran por las ventanas.

Usa diferentes focos de luz. Cuando hay que recurrir a la luz artificial porque la natural es escasa o, simplemente, porque se ha hecho de noche, tienes que hacerlo por niveles. De esta manera la transición entre la luz y las sombras es más gradual, lo que hace que la vista se canse menos. Esto se consigue colocando una luz general complementada con una luz puntual. Para las bombillas, lo normal es usar de 600-800 lúmenes.

La luz general. Debe ser clara, es decir, que no sea cálida pero tampoco tan fría que parezca azulada. Lo normal sería contar con una lámpara de techo, pero también se consigue con lámparas de pie, por lo que integrar la zona de trabajo en un rincón del salón es una muy buena opción.

Existen en el mercado un tipo de bombillas llamadas de luminoterapia y que simulan la luz natural. Resultan ideales para espacios de trabajo pero son bastante más caras que cualquier otra bombilla.

Ilumina y decora a la vez. No es necesario que la luz general provenga de un punto central de la habitación. Se puede conseguir también desde otros puntos estratégicos que, además, se integren en la decoración de la habitación. Sácale más partido a la luz para que sea al tiempo funcional y decorativa con unos apliques de pared, regletas de focos orientados a puntos de interés (si tienes alguna obra de arte es lo idóneo) o iluminando la zona de librería.

 

La luz puntual. Las lámparas de sobremesa pueden ser unas buenas aliadas a la hora de integrar el espacio de trabajo en la zona de salón, ya que decoran y aportan la luz puntual necesaria para trabajar con comodidad. Para que, efectivamente, funcionen de manera ergonómica habrá que colocarlas de manera que queden por detrás de la pantalla del ordenador. Así, se produce una compensación entre su luz y la emitida por la pantalla.

Los flexos, ¡qué gran idea! De brazos flexibles o articulados son una opción muy adecuada para un pequeño espacio de trabajo porque son muy prácticos a la hora de lograr la luz puntual deseada. La luz que emiten es la más correcta para trabajar, ya que se proyecta en un plano vertical hacia abajo. Los hay con base, a modo de lámpara de sobremesa, pero también con pinza, lo que permite ubicarlos de mil formas cuando el espacio escasea. Además, también sirven para iluminar las zonas de estantes si las tuvieras.

Para los amantes de la lectura. No solo los que trabajan desde casa necesitan una iluminación adecuada, también los que cultivan el gusto por la lectura. Aquí la cosa cambia un poco porque la postura no es la misma. Lo normal es que para leer nos coloquemos algo más recostados en nuestro sofá o en una buena butaca.

Con una bonita lámpara de pie puedes crear el espacio perfecto que invite a leer plácidamente, siendo las mejores opciones aquellos modelos que cuentan con un brazo articulado para dirigir el haz de luz hacia la zona de lectura y que sea independiente de la luz principal de la lámpara. Y además, que puedan encenderse de forma independiente.

¿Y para los que leen en la cama? Opta por los apliques de pared orientables, pues permiten focalizar la luz hacia las páginas sin iluminar demasiado la estancia y, además, muchos modelos permiten colocarlos en el cabecero de la cama.

 

 

Fuente: www.houzz.es