Las lámparas no solo iluminan nuestros espacios: también aportan estilo y personalidad a cada rincón del hogar. Sin embargo, muchas veces olvidamos que, como cualquier otro objeto decorativo, necesitan un mantenimiento regular para conservar su brillo y funcionalidad. En este post te contamos cómo limpiar tus lámparas de forma segura y eficaz, y qué hacer para mantenerlas impecables durante mucho más tiempo.
Limpieza básica: lo que puedes hacer cada semana
Un simple repaso semanal puede evitar que el polvo se acumule:
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Apaga la lámpara y deja que se enfríe si ha estado encendida.
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Usa un plumero o paño de microfibra seco para quitar el polvo superficial.
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Si tiene pantallas de tela, pasa el aspirador con el accesorio para tapicerías en potencia baja.
Limpieza a fondo según el tipo de lámpara
Lámparas de techo o colgantes
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Desmóntalas si es posible.
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Limpia las piezas de cristal o metal con un paño humedecido en agua templada y jabón neutro.
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Sécalas bien antes de volver a colocarlas.
Lámparas de mesa
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Retira la pantalla y límpiala según su material:
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Tela: con un cepillo suave o aspirador.
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Plástico o cristal: con un paño húmedo.
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Limpia la base con un paño húmedo y seca con otro seco.
Apliques de pared
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Usa un trapo húmedo para limpiar la superficie.
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Para las bombillas y zonas más delicadas, un bastoncillo de algodón puede ayudarte.
Qué no debes hacer
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No uses productos agresivos ni estropajos: pueden dañar el acabado.
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Evita mojar las partes eléctricas o las bombillas.
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Nunca limpies una lámpara encendida o conectada.
Mantenimiento: pequeños gestos que alargan su vida útil
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Revisa cables y enchufes cada cierto tiempo.
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Cambia las bombillas cuando empiecen a parpadear o a perder intensidad.
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Gira las pantallas de vez en cuando para evitar que se decoloren de forma desigual.
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Si tienes lámparas LED, asegúrate de que el entorno no se sobrecaliente para prolongar su duración.
Dedicar unos minutos a la limpieza y cuidado de tus lámparas no solo mejora su aspecto, sino también su rendimiento. Manteniéndolas en buen estado, tu casa lucirá más luminosa, acogedora y cuidada. ¡Y recuerda! Una lámpara limpia ilumina mejor.

